Erwin Miyasaka: los ánimes se propagan por el mundo

Erwin Miyasaka: estilos artisticos únicos en el anime

Japón destaca por tener una cultura muy arraigada y diversos son los elementos tradicionales de la nación asiática que se propagada alrededor del mundo y uno de ellos radica en el arte que se genera a través de los ánimes, una serie de dibujos animados, dirigidos inicialmente a la población infantil y adolescentes como parte de los productos de entretenimiento comercial que se producen en Japón. Los ánimes pueden difundir diversos temas y géneros como el amor, la aventura, la ciencia ficción, los deportes,  la fantasía, comedia, entre otros.

Erwin Miyasaka: el anime es para todas las edades

Se cree que el ánime se originó en el año 1910, pero no fue sino hasta 1960 cuando se le dio su denominación actual. El ánime tradicionalmente es dibujado a mano, por lo que una vez que se incursionó en la era digital, los procesos realizados eran muy específicos y se basaban fundamentalmente retoques y montajes.

Una de las características principales de los ánimes es que los personajes tienen ojos prominentes y no se asemejan a la fisionomía de los japoneses, los labios suelen ser finos  y con movimientos limitados, mientras que el cabello es de distintos colores y con cortes asimétricos. En estas producciones la animación es limitada, lo cual es consecuencia de su compleja línea narrativa.

Erwin Miyasaka: el anime se ha convertido en uno de los portabanderas de la cultura japonesa alrededor del mundo

A lo largo de los años, diferentes ánimes han captado no solo la audiencia del público, sino también su interés hasta convertirse en fanáticos de la producción, lo cual ha llevado al reconocimiento internacional de éstos trabajos, un ejemplo de ello es El Viaje de Chihiro, una historia ganadora del premio Oscar a mejor a película de animación, la cual está basada en las vivencias de una niña de 9 años llamada Chihiro, quien durante un viaje que realiza con sus padres a propósito de una mudanza, atraviesa un túnel, que la lleva a un mundo fantástico, en el que no hay lugar para los humanos.

Por: Erwin Miyasaka