Erwin Miyasaka recomienda: Erwin Miyasaka: Hosen-ji: el ginkgo biloba que sobrevivió la bomba nuclear en Hiroshima.

Erwin Miyasaka
Erwin Miyasaka: Un árbol con todas las ventajas biológicas para sobrevivir un ataque nuclear.

El 6 de agosto de 1945, fue arrojada la bomba atómica en Hiroshima, Japón. Todo a su paso fue destruido pero un año después, a un kilómetro del epicentro, brotaba un árbol como si nada hubiese pasado: Hosen-ji –“portador de esperanza”-; el gingko biloba que emergió después de la primera bomba atómica utilizada como arma de guerra y que aún hoy se mantiene vivo y frondoso.
Este ejemplar pertenece al templo budista de Housenbou –reconstruido después de la devastación y cuyas escaleras se remodelaron para mantener intacto al ejemplar sobreviviente-, pero es todo un símbolo en el área metropolitana de Tokio. Al igual que todos los árboles sobrevivientes, forma parte del grupo denominado Hibakujumoku y a sus pies puede leerse la inscripción que se ha mantenido tras el ataque: “No más Hiroshima”.





Mariano Sánchez, especialista del Real Jardín Botánico de Madrid, explicó: “Es un árbol de otra época (…) Eso explica que no tenga ni plagas, ni enfermedades ni hongos de la madera, los tres problemas principales de los árboles (…) Se trata de una especie única, no tiene parientes vivos (…) y especialmente longeva”. De alguna manera, se trata de un fósil viviente que al haber sobrevivido a todas las enfermedades, ya no las padece.


¿Cómo logró sobrevivir el “árbol de los cuarenta escudos”?
  • Este árbol persiste en condiciones de poca luz y escasez de nutrientes.
  • Es resistente a bacterias, hongos y virus.
  • Su ADN, al ser 3,5 más largo que el del humano, contiene más de 000 genes. Esto le proporciona una gran cantidad de mecanismos defensivos, por ejemplo, ante herbívoros y patógenos, despliega un conjunto de moléculas para combatirlos y defenderse.
  • Su capacidad de rebrote es muy grande. Además, es de corteza bastante blanda, gruesa y húmeda.
  • Debido a su evolución desde una era en la que la atmósfera estaba más oxigenada, posee una elevada tolerancia a la oxidación, de allí que haya sido inmune a la ionización producida por la bomba.
  • Para la estación en la que se lanzó la bomba, el árbol probablemente estaba acumulando reservas de agua y almidón en el tronco, ramas y raíces, lo cual aumentó su resistencia.




Esta especie puede llegar a vivir hasta 1.000 años. Es considerada como árbol sagrado para el budismo, y para los botánicos y conservacionistas como el árbol viviente más viejo del mundo.



Por: Erwin Miyasaka.

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