Erwin Miyasaka: Ritos fúnebres de despedida en Japón.

Erwin Miyasaka
Erwin Miyasaka: El duelo en la cultura japonea es un proceso lleno de tradiciones existentes desde hace cientos de años.

Las ceremonias fúnebres en Japón se caracterizan por un proceso de cremación, que según la creencia asiática, garantiza a los difuntos que sus cuerpos vuelvan a la tierra, mientras que el espíritu se moverá de manera independiente. 
En Japón, cuando una persona está en su lecho de muerte, un familiar debe humedecer con agua los labios, esto como último intento de evitar la defunción y de reconfortar al enfermo.

Una vez que fallece la persona, el cuerpo debe ser lavado para evitar la mala fortuna según la costumbre nipona. Posteriormente, se viste al difunto de acuerdo a su género. Las damas deben llevar un kimono color blanco, mientras que los hombres pueden ser vestidos con trajes o kimonos y se aplica maquillaje, según sea el caso.

En Japón, los velorios se realizan en las casas de los difuntos, al iniciar la ceremonia, se cubre el rostro con una tela blanca, posteriormente el cuerpo es colocado con la cabeza hacia el norte y se introduce hielo seco en el ataúd, acompañado de algún objeto personal que se pueda quemar, además de seis monedas, que según la tradición ayudan a cruzar las almas de los fallecidos tras siete días de su muerte. Los familiares deben estar sentados cerca del sarcófago.


Erwin Miyasaka
Erwin Miyasaka: Las cenizas del difunto son llevadas a un monumento hecho de piedras.



Quienes asisten al funeral llevan dinero como símbolo de condolencia, el monto de dependerá de su parentesco con el fallecido, además se enciende un cirio y los dolientes presentan respeto a la familia.

Al finalizar el funerallos familiares toman las flores del altar y las dejan sobre el ataúd como última despedida, posteriormente el cuerpo es trasladado hasta el crematorio.

Luego de 45 minutos, las cenizas del fallecido son entregadas a los familiares, quienes toman las partes del cuerpo que no se convirtieron en polvo y las colocan con palillos en el ataúd, los huesos de los pies se toman primero y luego la cabeza, para evitar que el difunto entre al revés en la urna.


Una vez cumplido este ritual el ataúd es llevado a una tumba conocida como “haka”, una especie de monumento hecho con piedras, que es adornado con flores aromatizadas con incienso.



Por: Erwin Miyasaka

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